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El uso de Botox para reducir las líneas finas y las arrugas de la cara se ha hecho bastante popular en los últimos 20 años debido a su eficacia. Más personas que nunca están usando Botox y productos similares. Solo en 2020 se alcanzaron nuevas cotas con 7,2 millones de este tipo de tratamientos estéticos realizados a pacientes.
Ahora que tantos confían en sus efectos, ¿hay que preocuparse? Existe algo así como «demasiado» cuando se trata de Botox?
¿Qué es el Botox, en cualquier caso?
El Botox y otros productos similares utilizan una forma de toxina botulínica que puede impedir las contracciones musculares durante un periodo de tiempo. Es útil tanto desde el punto de vista cosmético como médico. Desde el punto de vista médico, la inyección puede atenuar el dolor de las migrañas crónicas. También se utiliza como tratamiento de la distonía (un trastorno del movimiento) y para reducir el dolor de la neuropatía periférica (un trastorno nervioso que afecta a las extremidades).
Originalmente, el Botox estaba destinado a reducir los espasmos oculares, y ahora se utiliza también para tratar los espasmos musculares de quienes tienen espasmos incontrolables. En el caso de los pacientes con parálisis de Bell, puede relajar los músculos del lado no afectado de la cara para conseguir un aspecto facial más simétrico.
Desde el punto de vista estético, el Botox puede reducir la aparición de arrugas y pliegues. La mayoría de los famosos de mediana edad y de edad avanzada recurren a este tratamiento cosmético para mantener un aspecto siempre joven. Y muchos estadounidenses de a pie cuentan ahora con el Botox para seguir pareciendo más jóvenes durante más tiempo.
Los riesgos
El Botox suena bien hasta ahora, pero como con cualquier tratamiento de medicina estética, también hay riesgos. Aunque es seguro cuando lo administra adecuadamente un médico experimentado, el problema con el Botox es que la gente parece engancharse a sus efectos. Pero, siempre que la dosis no sea demasiado grande, hay pocas posibilidades de que la toxina de la inyección se extienda a otras partes del cuerpo. Sin embargo, si esto ocurriera, podría provocar debilidad muscular, problemas de visión o de respiración e incontinencia. La mayoría de las personas pueden someterse repetidamente a inyecciones de Botox correctamente dosificadas sin temor a complicaciones a largo plazo.
Los efectos secundarios temporales de los tratamientos con Botox pueden ser hematomas o hinchazón en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, párpados caídos o cejas arqueadas.
Qué esperar cuando se aplica el Botox
La clave para un procedimiento cosmético de Botox seguro es seleccionar un médico debidamente formado y autorizado que haya realizado el proceso con éxito.
Usted debe decirle a su médico exactamente por qué quiere Botox para que pueda tener una discusión sobre el resultado probable para usted, dependiendo de su condición y necesidades actuales. Un médico legítimo no fomentará expectativas poco realistas cuando se trata de cualquier tipo de tratamiento.
Después de recibir una inyección de Botox, evite tocar la zona tratada para ayudar a prevenir la propagación de la toxina.